El Bombo en Música Electrónica
El origen de los bombos electrónicos se inicia con el intento de emular el sonido de bombo acústico, tratando de simular las características más representativas de este instrumento.
Estas partes que identifican más claramente al bombo podríamos describirlas en los siguientes apartados:
La Pegada: hace referencia a la velocidad o ataque con que se produce el golpe, el cual generalmente produce una especie de chasquido instantáneo en media alta frecuencia. Este ataque es el elemento transitorio del bombo y permite controlar la presencia e inteligibilidad del instrumento dentro de la mezcla, favoreciendo del mismo modo poder identificar el bombo en una reproducción con altavoces pequeños, como por ejemplo un teléfono móvil.
El cuerpo: inmediatamente después de la pegada, suelen predominar frecuencias medias y medias graves, dotando al sonido de bombo de densidad y este rango de frecuencias en algunos sistemas de escucha, como un altavoz de portátil, corresponden directamente con el peso del bombo, dotando al sonido de graves para sistemas pequeños.
La cola: puede ser una parte breve al final del cuerpo, o prolongarse durante varias decenas de milisegundos. En esta parte del sonido suele predominar la muy baja frecuencia, puede utilizarse procesos como saturación o distorsión para dar un carácter o textura específicos al sonido del bombo. Solo se aprecia a niveles de escucha medio alto y altos, con sistemas de altavoces capaces de cubrir la pare más baja del espectro, por debajo de 100Hz.
Si la duración de la cola es suficientemente prolongada y es posible identificar una frecuencia predominante, es decir, una nota, es muy posible que tengamos que afinar el sonido del bombo con algún grado dentro de la tonalidad musical en la que estemos trabajando, generalmente primer grado de la escala o tónica.
Primeras Cajas de Ritmo
Desde principio del siglo XX la mayor parte de instrumentos musicales mecánicos, comienzan a tener una versión electrónica. De modo que ya a principio de la década de los años 30 del siglo XX, podemos encontrar cajas de ritmo con el propósito de hacer música electrónica, con unas posibilidades muy reducidas, como que era obligado que todo el tiempo estuviera repitiendo un mismo pasaje musical. Estas propias limitaciones sentarían las bases de una música obstinada y repetitiva que continúa siendo una de las cualidades que mejor describen a la música electrónica popular, la música electrónica de baile.
Aproximadamente 30 años más tarde la evolución de la caja de ritmos había alcanzado una perfección notable como podemos escuchar en el KEIO DONCAMATIC DE20 de mediados de los años 60.
El uso habitual que tenían estas cajas de ritmo se limitaban a hacer maquetas de proyectos musicales, o reemplazar un baterista en espacios reducidos donde un solo organista con esta caja de ritmos podría realizar sesiones de baile, sirviéndose de la tecnología más avanzada de la época.
Pero no fue hasta finales de los años 70 y sobre todo en la década de los 80 donde la caja de ritmo irrumpe de forma masiva en las producciones de más éxito en prácticamente cualquier estilo musical.
Giorgio Moroder se convirtió en uno de los productores más conocidos por utilizar instrumentos electrónicos en sus producciones. Con el tema “I feel Love” donde casualmente, el bombo es el único instrumento no electrónico junto con la voz de Donna Summer.
Podemos apreciar ya claramente algunas de las claves compositivas que se heredan de las limitaciones propios instrumentos electrónicos de la época, y que se prolongarán todavía algunas décadas más, fijando a una parte de la música electrónica en un uso limitado de recursos compositivos.
En la misma línea y marcando un claro camino que comienza en estos años tenemos a Throbbing Gristle con su tema “Hot On The Heels Of Love” de 1979 donde los recursos de composición, ritmo y estructura marcan un inicio hacia la música de club más futurista e industrial con un toque claramente gótico.
Otras de las líneas de producción que se continúan desarrollando durante los años 70 podemos verla como menos popular, dado su carácter más experimental y particular, un ejemplo de este tipo de producción utilizando cajas de ritmo podría ser el tema de Suicide “Rocket USA”
Llegamos a los 80
Con la apasionada visión futurista de los años 80 hacia el mítico año 2000, aparece la necesidad de crear una apariencia de “avanzado a su tiempo” creando una clara plataforma para toda la nueva tecnología se cuele de forma sencilla iniciando una creciente corriente de público joven que demanda un tipo de música que les diferencie generacionalmente.
En buena parte esta música tanto en la música Rap como el Techno o House de los años 80, tienen una caja de ritmos indiscutible, la hoy mítica 808.
Roland TR 808 fue lanzada en 1980, siendo la sucesora de otra caja de ritmos, Roland CR-78, que tenía como principal usuario a organistas que tocaban música en vivo y compositores que producían demos de música quienes no disponían de presupuesto para contratar y grabar a un baterista.
Sin embargo la suma de numerosas casualidades convirtieron a este instrumento en uno de los más demandados de la época, consagrándolo como instrumento mítico por la cantidad de éxitos musicales que gozaban de sus sonidos durante estos años.
Los instrumentos de percusión eran claramente reconocibles, su cencerro, timbales, cajas y bombo la convirtieron en un instrumento icónico. Se han realizado infinidad de intentos de recrear estos sonidos tanto en nuevos instrumentos hardware como software.
En 1983 sería reemplazada por el modelo de Roland TR-909 sus sonidos, también analógicos, definieron buena parte de las producciones de Techno y House hasta finales de los años 90, sus sonidos añadían ataque y profundidad a los sonidos de percusión, los cuales funcionaban muy bien cuando se les añadía saturación o distorsión.
Podemos escuchar un ejemplo en el tema de Jeff Mills, «The Bells«.
Son característicos el ataque y densidad de sus sonidos de bombo, produciendo un sonido más apretado, en comparación con el sonido natural de la 808 más abierto y redondo en baja frecuencia.
La era Digital
La recta final del siglo XX en tecnología de producción se caracterizó, en gran medida, por deshacerse de la tecnología analógica clásica buscando todas las ventajas que parecía aportar el audio digital.
Esto permitió por un lado nuevas posibilidades para los músicos que podían permitirse esta última tecnología y que músicos con menos recursos pudieran disponer de verdaderas joyas clásicas con un sonido mítico y a precios muy razonables.
Estas nuevas cajas de ritmo generaban su sonido reproduciendo muestras cargadas previamente en un chip EPROM.
Ya desde sus inicios algunos artistas y productores abrazaron esta generación de instrumentos, entre las que destacaba Linn Drum LM-1, que seguro has escuchado en multitud de ocasiones.
Tienes algunos de sus sonidos y patrones más reconocibles están recopilados en el siguiente vídeo
Diseño y mezcla de sonidos de bombo
Una de las cualidades que facilitan que el sonido de bombo se integre en una mezcla es el equilibrio entre media-alta y baja frecuencia.
Un sonido de bombo que únicamente posee frecuencias graves, resulta muy complejo de identificar en una mezcla con varios instrumentos o voces. Del mismo modo que resulta imposible que un altavoz de reducidas dimensiones genere suficiente presión a baja frecuencia como para que el oído humano pueda percibir el sonido del bombo.
Resulta muy importante valorar y equilibrar las tres partes importantes que definimos al principio del artículo:
- Pegada, sobre todo transitorio en media-alta frecuencia.
- Densidad del sonido del bombo
- Cola: duración y baja frecuencia.
Un caso muy común es el diseño de bombos sintéticos que utilizan una envolvente de pitch para realizar un barrido de frecuencia descendente o ascendente tipo sweep rápido, que barre el espectro en pocos milisegundos facilitando la mezcla de este sonido de bombo.
La saturación o distorsión también permiten rellenar el sonido del bombo, incluso hasta ser un reemplazo del propio bajo, obviamente, el uso de distorsión produce sonidos agresivos que están muy presentes en estilos electrónicos en la línea del hardstyle
Podemos escuchar algunos de estos sonidos característicos en el siguiente clip de video.
Ya dentro de la mezcla, la ecualización y la compresión pueden ser buenos aliados para controlar la energía del bombo. Si bien con un buen diseño o elección de sonido de bombo no debería deberíamos necesitar demasiada ecualización, probablemente la compresión nos ayudará a mantener el nivel adecuado en cada una de las tres etapas que definimos anteriormente: pegada, cuerpo y cola.
Un compresor puede hacer que un bombo destaque más en su pegada o la pierda, puede agregar también distorsión armónica con tiempos de release cortos. Del mismo modo, es muy recomendable experimentar con los filtros de la cadena lateral (sidechain), especialmente el filtro paso altos.
Si nos centramos en mantener cada una de las etapas del bombo en su sitio, es muy probable que la mezcla del sonido del bombo funcione en casi cualquier sistema de reproducción de audio correctamente.
Ajuste de Pitch
En general para sonidos largos de bombo electrónico, se debería tratar de buscar una afinación. Con sonidos sordos, donde no se aprecia la afinación del bombo, puede ser recomendable no modificar el pitch del instrumento.
Por un lado el oído humano tiene cierta dificultad para apreciar el tono por debajo de los 60Hz. Por otra parte si la longitud del bombo es suficiente, tal vez no tanto la frecuencia fundamental, pero sí sus armónicos, harán perceptible la afinación del bombo.
En cualquier caso, el uso de herramientas que modifiquen el pitch de un sonido, salvo excepciones, van a degradar el timbre y textura de este. Deberás valorar el ajuste que mejor funciona, desde tu criterio como productor, dependiendo de las características del sonido del bombo.
Este es un extracto de capítulo contenido en nuestros:
Curso Técnico de Sonido y Producción Musical
Curso Producción de Música Electrónica
Gracias por tu lectura
RF